sábado, 27 de octubre de 2007

eN CASO DE DUDA

P y R juntos parecen una linda pareja, se quieren, se miman, se miran y juegan a confundir a todo el mundo, dice R "mi amor" cuando quiere, y P responde "mi vida" demasiadas veces. Juegan a que son y no son, bailan y se besan de vez en cuando pero sin mucho morbo, sólo ese roce de su labio con tu labio y caricias por una cara identificable, pero contagian la sensación de ser parte el uno del otro.
Están, caminan, miran, cantan, se dicen, secretean. Se vuelven a mirar. Y en una de esas sonrisas perdidas, regadas por uno sin darse siquiera cuenta. R descubre que a lo mejor sí es amor todo este juego, que a lo mejor sí te quiero, que a lo mejor sí me estoy interesando. Y P también reconoce que siente ganas de querer ser como el resto. Y hay tanta gente alrededor, y tanto alcohol, que se besan diferente y se contagian algo más que diversión, un poco más de confusión para ellos, y una pizca de certeza para los terceros que opinan que P y R son la mejor mezcla, la mejor pareja.
Pero son muy similares, ¿te diste cuenta? Demasiado iguales, pero no importa, porque es bueno, atento y más inteligente que muchos. Y pasa mucho tiempo, suficientes horas para que P analice, que R es tan parecido a ella que casi puede reconocerse en ciertas actitudes, en ciertas palabras, en esas risas, en la forma como toma la base de los vasos de cerveza. Y ata cabos, y revisa sus notas, y saca cuentas, suma, resta, divide y se da cuenta.
"Son demasiado iguales", al fin te diste cuenta. Y no era tan cierto que P con R podían ser una buena mezcla, mucho menos la mejor pareja.

No hay comentarios: